Vivimos rodeados de recomendaciones. Cada semana aparece un nuevo “producto milagroso”, una rutina que promete resultados inmediatos o un ingrediente que todos parecen necesitar. Pero la verdad es que tu piel no sigue tendencias. Tu piel tiene su propio lenguaje, su ritmo y sus necesidades únicas.

Como profesional , me mantengo firme en una idea que considero esencial: no recomendaré jamás un cosmético solo por venderlo. Mi compromiso es con la salud de tu piel, no con las modas del mercado.

Comprar lo que está de moda o lo que ves en redes puede ser tentador, sobre todo cuando lo avalan influencers o incluso dermatólogos conocidos. Pero lo que a otra persona le funciona, puede ser justo lo que a tu piel le perjudica. Cada rostro tiene su historia, su genética, su entorno, su nivel de estrés, su alimentación… y todo eso influye directamente en lo que necesita.

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Forzar la piel con productos inadecuados —aunque sean de alta gama o muy populares— es la forma más rápida de dañarla. Detrás de muchas pieles sensibles, deshidratadas o reactivas, hay un exceso de activos o combinaciones incorrectas que se aplicaron sin entender realmente lo que la piel pedía.

Por eso, antes de seguir modas o acumular productos que prometen milagros, te invito a hacer una pausa. Escucha a tu piel. Observa cómo reacciona, qué le sienta bien y qué no. Y si no sabes por dónde empezar, déjate guiar por un diagnóstico personalizado: conocer en profundidad tu tipo de piel, su estado y sus necesidades reales es el primer paso para cuidarla de verdad.

Si quieres saber qué cosmético le va mejor a tu piel, o qué rutina realmente necesita, puedo ayudarte a descubrirlo.P

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